Adaptándose

Hacía un día que había llegado a Rosewood y no tenía nada en su piso. No había comida, no había bebida, y por no haber, casi ni había muebles. Su casero le había puesto la cama, una mesa, dos o tres sillas y poco más, suponía que debería comprar el resto algún día, porque un piso tan vacío no era presentable a nadie.

Empujó su carrito de la compra y se dirigió a la sección de desayuno. Tostadas, leche, mermelada, mantequilla y café, mucho café, que le haría falta al empezar las clases. Estaba ansioso por conocer a sus nuevos alumnos y por empezar a dar clases, y esperaba que le fuera bien en este nuevo pueblo.

Me encontraba en el supermercado haciendo las compras que mi madre me había anotado en una lista, ya estaba por terminar, sólo me faltaba el cereal así que me dirigí a la sección correspondiente.

Cuando llegue ahí iba tan entretenida observando todos los productos que no me dí cuenta que al mover el carrito choqué contra alguien -Lo siento- dije al momento sin ver de quién se trataba -no me fije...- entonces volteé a ver a la persona y caí en cuenta de qué nunca lo había visto... Rosewood no era grande y por lo general los rostros me parecían familiares de algún sitio

Me quedé observándolo de una manera extraña intentado reconocer su cara de algún lado

-No te preocupes, no importa. -Dijo sonriendo amablemente y echando el último paquete de café que estaba dispuesto a comprar. Era un vicio que tenía que dejarse. Se puso de lado para ver si cogía alguna caja de cereales, pero fue como si notara que la chica seguía observándole, porque se dio la vuelta, de nuevo en dirección a ella, y vio que, en efecto, lo miraba de una forma un tanto extraña.

Apretó el asa del carrito y frunció un poco el ceño, algo confuso. -¿Pasa algo? -Porque no, no era lo más normal que, después de chocarse contra él, lo mirara tan fijamente. Y eso incomodaba a Ezra, para qué decir otra cosa.

Evidentemente me observó extrañado al notar como lo veía. Agité un poco mi cabeza de lado a lado, como volviendo a la realidad -No, nada... es que nunca te había visto por aquí- dije simplemente al tiempo que alzaba ligeramente los hombros

Después dirigí la mirada hacia los cereales y metí al carrito el primero que ví

Asintió y sonrió un poco. Lo debería haber supuesto, Rosewood tampoco era tan grande como para que hubiera completos desconocidos. Además, quizá tenía suerte, le venía bien conocer a alguien para que le pudiera indicar dónde comprar muebles, o dónde hacer cualquier cosa, en realidad. -Oh, claro. Soy nuevo por aquí, empezaré a dar clases en septiembre. -Sonrió y extendió una mano para que se la estrechara. -Por cierto, me llamo Ezra.

Sabía que no era de por aquí, pensé. Yo era buena recordando rostros, los nombres no tanto, pero en fin... -Hola Ezra, yo soy Annie- le dije mientras estrechaba su mano. Escuché la parte de que comenzaría a dar clases en Septiembre, uhmm... la verdad lucía joven, pero tampoco sabía de que clases hablaba, podría ser de algún deporte, un instrumento, o que se yo... Y tampoco quería verme muy entrometida si preguntaba

Como mencionó que era nuevo por Rosewood imaginé que quizá no conocería a muchas personas, así que podría sacarle plática. Si yo me cambiara de ciudad me gustaría encontrarme con alguien agradable en el supermercado -Veo que te gusta mucho el café...- dije amistosamente después de echar un vistazo a su carrito

-Encantado, Annie. -Contestó alegremente. Miró su carrito después de que ella hiciera ese comentario sobre el café y se llevó una mano a la nuca, acariciándola pensativo. -Bueno... La verdad es que es un vicio del que no estoy demasiado orgulloso. -Comentó algo avergonzado. -No debería tomar tanto café, pero... A veces es necesario, ¿no? -Sonrió.

Le preguntaría que qué escritores o qué libros le gustaban, que a qué se dedicaba, que cuántos años tenía, porque parecía bastante joven. Pero no era el momento ni el lugar, así que apartó todas esas preguntas de su cabeza. Además... no estaba demasiado seguro de querer conocer a ninguna mujer después de Jackie. Ni como amiga, ni como nada más, pero tampoco podía decir que Annie le transmitiera malas vibraciones. Al contrario, se la veía una chica muy simpática.

-Si, bueno... en las mañanas te ayuda a despertar- dije refiriéndome al café. A veces cuando me quedaba estudiando hasta tarde, necesitaba una enorme taza temprano para reaccionar y no parecer zombie. Quizá a el le sucedía algo parecido...

Después me quedé en silencio, ¿de qué podría hablarle si apenas y lo conocía? -y...¿qué te parece Rosewood hasta ahora?- le pregunté percatándome de que el cereal que había tomado era de chocolate... mi padre era alérgico al chocolate. Rayos ¿en qué estaba pensando?. Saqué la caja del carrito y metí otra que no atentara contra la vida de mi progenitor

La vio realizar el cambio de cereales, y aunque le resultó algo extraño hizo como si no se hubiera dado cuenta. -Rosewood... No está mal. Es pequeño. -comentó moviendo un poco el carrito, suponía que la chica debería ir a algún otro lado; no todos allí eran como él, que acababa de llegar y no conocía a nadie. -Pero así es mejor, me costará menos aprender a andar por aquí. -Suponía, claro, eso era algo que no podía saber.

Asentí levemente a sus últimas palabras -Claro, supongo que ya te adaptarás- comenté con optimismo. Después puse ambas manos en el carrito -Bueno, Ezra... supongo que tendrás cosas que hacer, así que no te quito mas tiempo- le dije sonriendo. Eso de cambiar de ciudad requería andar de aquí para allá y no quería interferir en su mudanza

Una respuesta educada que le decía entre líneas "¡márchate, tengo cosas que hacer!". Ezra asintió y sonrió, había sido una agradable charla y ya no tenía por qué quitarle más tiempo. -Bueno, pues muchas gracias por la bienvenida. Supongo que nos veremos por ahí. Ha sido un placer, Annie. -Sí, había sido una agradable charla.

Sonreí a manera de despedida -Claro, haber cuando nos vemos...- comenté, y después me dirigí a pagar todo lo que llevaba en el carrito. La verdad no tenía ni la más mínima idea de cuando y donde vería de nuevo a Ezra, pero Rosewood no era grande así que sólo quedaría esperar...